Elevada calidad de materiales y diseño. El tacto en general también resulta más duro y mejor que el de su rival.
El puesto de conducción en el Ford es muy bueno. Con los bacquets, eso sí, te puedes quedar un poco alto.
Buen compromiso entre comodidad y sujeción, pero no son los mejores en lo segundo.
Asientos muy racing de serie. Y no solo de pinta. Sujetan muy bien tanto tronco como extremidades.
Estupendo el cambio automático DKG de doble embrague.
A tono con el resto del coche, el cambio manual de 6 relaciones es perfecto.
Claro y hasta típico. Mola ver cómo el motor estira bastante arriba.
Puede parecer el del Focus ST, porque se parece mucho, pero es el del RS, que marca mayores cotas de alcance en sus agujas.