Fue el primero en importarse en España, allá por 1998, y supuso un antes y un después en nuestro mercado. Dominó a placer a los coches de su época y cambió por completo los baremos de aceleración, frenada y paso por curva.
Al conducirlo daba igual que su equipamiento fuese casi ridículo –no tenía ni aire acondicionado, ni elevalunas eléctricos, ni ABS–, las sensaciones que se vivían a bordo eran de otra dimensión. Era un auténtico coche de carreras que en su lista de opciones no incluía elementos como los mencionados, sino que podías elegir las medidas de las llantas, el equipo de frenos o los desarrollos de cambio que deseabas en tu Evo V.

El encargado de proporcionar tantas sensaciones no era otro que el motor dos litros turbo que aún siguió animando a posteriores evoluciones. En su ficha técnica constaban 280 caballos, pero en realidad ofrecía bastantes más de 300. Esto, unido a un complejo sistema de tracción total, a una dirección ultradirecta y a unas suspensiones con tarados parecidos a los de un coche de rallyes le hacían ser el coche más efectivo del momento. De hecho, conseguía bajar de los 5 segundos en el 0 a 100 km/h, un dato que sólo se lograba con vehículos con un precio cinco o seis veces superior.

Principales datos técnicos
MOTOR
Nº de cilindros: 4 en línea
Cilindrada (cc): 1.997
Potencia máx. (CV/rpm): 280/6.500
Par máximo (mkg/rpm): 38/3.000
DIMENSIONES
Largo/ancho/alto (mm): 4.350/1.770/1.41
Distancia entre ejes (mm):2.510
PRESTACIONES
Velocidad máx. (km/h): 249
De 0 a 100 km/h (seg.): 4,9
PESO
Relación peso/potencia: 4,5
CONSUMOS
Medio (l/100 km): 16,6
PRECIO
Impuestos incluidos: 6.273.000 pesetas (37.701.47 euros)