Pocos han sido los fabricantes que han hecho motores de 5 cilindros de serie. Pero sin lugar a dudas, el más conocido, el mejor si cabe, ha sido, y es, Audi.
Precisamente ahora se cumplen 40 años del primer motor de 5 cilindros Audi. Fue un gasolina que se montó en la segunda generación del Audi 100 en 1976, el Typ 43. Ese fue el pistoletazo de salida para posteriores evoluciones y motores, pues también se hicieron tetracilíndricos diésel, famosos también en Audi por su gran rendimiento.
Tal número impar de cilindros fue decidido por los técnicos de Audi por dos razones. Los motores de cuatro cilindros no eran suficiente para posicionarse tan arriba en la gama, y los de seis se desecharon por tamaño y peso. Así, los ingenieros de la marca se basaron en el EA827, un cuatro cilindros de uso masivo en el Grupo Volkswagen en los años 70, para desarrollar el mencionado Typ 43. Tenía 2,1 litros de cilindrada y 100 kW, o lo que es lo mismo, 136 caballos. Estaba dotado de un moderno sistema de inyección para dar paso a que en marzo de 1977 empezaran las ventas del modelo 100.

Un año más tarde de la primera comercialización, Audi presentó la primera versión de un motor de cinco cilindros en diésel. Se trataba de un motor atmosférico de 2 litros y 51 kW (70 caballos). En 1979 se daba a conocer el primer motor de gasolina del Audi 100 pero en versión turboalimentada con 125 kW, 170 caballos, y un par máximo de 265 Nm. La familia crecía prodigiosamente. De hecho, ese motor fue el encargado de colocarse en el vano motor del prodigioso Audi 200.
Incluso el Audi quattro original, el conocido como “Ur-quattro” montaba este motor, pero dotado con turbocompresor, intercooler y tracción permanente a las cuatro ruedas. Pasaba a dar en este coche 200 caballos y ya sabemos que el mismísimo Hannu Mikkola ganó el título del Campeonato del Mundo de Rallyes con este coche. Precisamente ese 1983, Audi introducía la versión corta en escena, la Sport, 24 centímetros más corto, cuyas vías ensanchadas además le daban una poderosa imagen.
A la vez, el cinco cilindros evolucionaba para dar más potencia. Tenía 4 válvulas por cilindro y estaba fabricado en aluminio para entregar 306 caballos. Se alzaba con el “título” de ser el coche más potente de una marca alemana hecho para las carreteras normales. Fue la base para el Grupo B Rally Car, pero ya con 450 caballos en su versión de competición. Debutaba precisamente en la penúltima prueba del Mundial de Rallyes de 1984, en el Costa de Marfil.

En 1986 Audi se retira de los rallyes, pero en 1987 Walter Röhrl ganaba la Subida al Pikes Peak en Estados Unidos con Audi Sport quattro S1 de 598 caballos. En 1989 la marca de los aros destacaba precisamente en el IMSA GTO por llevar su motor hasta los 720 caballos. Hay que recordar que este motor sobrepasa por muy poco los dos litros de cilindrada.
En el Salón de Franfkfurt de 1989 se presentaba el Audi 100 TDI. Nuevamente otro hito, pues fue el primer motor diésel de cinco cilindros montado sobre un coche de producción con inyección directa electrónica y sobrealimentado por turbocompresor, con una potencia de 120 caballos. En 1994, lanzó el Audi RS2, que muchos recordarán, con 315 caballos, famoso también por una carrocería familiar, o Avant, en Audi.

Hoy esa evolución y técnica la tenemos en los motores de 2,5 litros TFSI que tan buenos resultados obtienen tanto en los RS3 Sportback como en el Audi TTS, dos grandes exponentes de la deportividad en la marca. Su eslogan fue “A la vanguardia de la técnica”, y Audi ha obtenido numerosos éxitos en competición con este tipo de mecánicas.
En 2010 un grupo de periodistas de varias nacionalidades nombraron a este bloque como “Motor del Año”, y así fue, durante siete veces consecutivas, desde aquel año. Por ello, la marca muestra en el Audi Forum de Neckarsul, en Alemania, y en la exposición de coches clásicos “De Cero a 100”, numerosos ejemplos de este laureado motor. De hecho, hay una de las primeras unidades del Audi 100 de 1989 con el motor TDI. Como dice el dicho “algo tendrá el agua cuando la bendice”.
